ENESFR

Home | Contact us | Promote RomanHeritage

RomanHeritage

is a non-profit cultural website about Ancient Rome, with Republican & Imperial Roman sites, roman ruins, Museums, books & movies, re-enactment groups, statues, Mosaics, frescoes, bronzes, etc.

Roman Heritage / Legado Romano

web sin ánimo de lucro sobre el Imperio romano, los yacimientos, ruinas romanas, museos, libros y películas, reconstrucción histórica, estatuas, mosaicos, frescos, etc.

Roman Heritage /Heredité Romaine

c'est une website sur l'empire Romain avec de Ruines romaines, museés, livres et films, groupes de reconstrucion historique, statues, mosaics et frescos.




España Hispania

España Hispania

La conquista romana de Hispania se produce como reacción a la invasión de Italia por parte del ejército cartaginés de Aníbal, con objeto de cortar su vía terrestre de suministro y sus fuentes de poder, tanto en hombres, como en dinero. La excusa oficial que presentan los romanos es la defensa de Sagunto, ciudad aliada de los romanos y que es conquistad por Aníbal en el 219 a.C. Aunque los romanos tardan casi 9 años en reconquistarla, por lo que se puede considerar como “casus belli”, pero se entiende mejor si se enmarca en una estrategia expansiva general y en una defensiva particular. El Senado decide enviar a los hermanos Escipión, Cneo y Publio Cornelio (padre) que desembarcan con las tropas en la colonia griega de Ampurias, en el Noreste peninsular, en el 218 a.C. Tras distintas batallas, ambos hermanos mueren en Hispania, siendo enviado el hijo del segundo, Publio Cornelio Escipión hijo, apodado posteriormente Africanus, que se desplaza rápidamente, bajando por todo el litoral mediterráneo, hasta Cartago Nova, o Cartagena, la capital de los púnicos en España, que toma al asalto, con un audaz golpe de mano. Tras derrotar a Asdrúbal en la batalla de Baecula, cerca de Cástulo, en Jaén, se desplaza hacia el oeste, obteniendo una victoria definitiva en la batalla de Ilipa contra Magón, alcanzando finalmente Gades, la actual Cádiz en el Atlántico en el 206 a.C., tras haber derrotado a los cartagineses. A continuación se llevará a cabo un proceso de romanización progresiva de las distintas zonas iberas de la Bética, comprendiendo el valle del Guadalquivir y todo el litoral andaluz, murciano y levantino de paso, para acabar fundando una ciudad como Itálica para los veteranos de esta guerra.

Pero la dominación romana no es completa, produciéndose algunas revueltas en esta zona aparentemente conquistada, siendo el más destacable el que aplasta de manera inmisericorde el cónsul Catón el viejo a principios del siglo II antes de nuestra era.

La segunda fase de la conquista llega con el impulso hacia el interior de las guerras celtíberas del siglo II a.C., con la introducción en las dos mesetas, marcando una serie de hitos  militares y ciudades, Segeda, Termancia (Tiermes), Oxma y, sobre todo, Numancia. En la web y la guía podemos seguir por toda esta zona la huella romana como segundo capitulo de la conquista, aunque en algún caso el esplendor de la ciudad romana fuera posterior, como en el caso de Segóbriga, Clunia o Medinaceli. Además de esta lucha contra los celtíberos en las ciudades, hay una guerra de guerrillas instigada por el líder lusitano Viriato, que mantendrá en jaque a varias legiones romanas durante años, hasta ser finalmente traicionado.

 

 La conquista se detiene durante la mayor parte del siglo I a.C. por las guerras civiles romanas, primero de Sertorio, que involucra a pueblos, ciudades y tribus desde Calahorra y Pamplona hasta Córdoba, pasando por Azila en Aragón y Osuna en Sevilla, seguidas por los enfrentamientos entre cesarianos y pompeyanos en Lérida y Munda. 

La última fase de la conquista viene de la mano del emperador Augusto en sus guerras cántabras, cubriendo el norte de la península, contra los cántabros y Astures. 

 

Tras tanta guerra, considerábamos conveniente presentar una época, supuestamente dorada, de Pax Romana. Habiendo presentado ya a Tarragona, Córdoba y Segóbriga, nos quedaba detenernos en las joyas que suponen Zaragoza y Mérida, que, junto con Itálica, representan los mayores conjuntos monumentales de arte romano en España. Del mismo modo, y con la excusa de las aportaciones romanas, hemos cubierto la minería, en las Médulas o Jaén; la ruta de la plata, de Astorga a Itálica, pasando por Cáparra; la producción de la pasta de pescado denominada Garum (en Bolonia, Almuñecar o Carteia entre otros); los templos (especialmente de los que quedaban restos en vertical, desde la reconstrucción de Vic, hasta Barcelona, Mérida, Évora, Córdoba, Peraleda, etc.);  y los ritos funerarios (desde la ruta de los mausoleos de Aragón, a la necrópolis de Carmona, los columbarios, etc.); las obras hidráulicas (desde acueductos como los de Segovia, Tarragona o Mérida), a otras obras relacionadas con el agua, como las presas de Almonacid o Muel, (pero no las erróneamente identificadas como romanas, como Proserpina, Cornalbo, o la más pequeña de Consuegra) y otros temas adicionales.

 

Finalmente, con la irrupción de los bárbaros, hemos presentado las ciudades amuralladas, poniendo como ejemplo a Barcelona, Lugo y Coria, con restos en León, Gerona y otros, pero, sobre todo, el progresivo abandono de las ciudades, con una aceleración de la evolución hacia la vida rural de  las villas productoras, como la Olmeda, Carranque, Almenara-Puras, Almedinillas, Centcelles, Noheda etc., cuyo resto más destacado es la presencia de mosaicos polícromos de gran belleza.